lunes, 30 de septiembre de 2013

Se nos fué un maestro: Antonio Bernal.

Reproduzco, a modo de modesto homenaje, una carta personal que hace años le escribí al maestro Antonio Bernal. Se nos fue el maestro pero nos queda su obra, las emociones vividas al contemplar su arte y un recuerdo imborrable para los que tuvimos el placer y el honor de conocerle, algo que todavía no había sucedido cuando escribí esta carta.
A raíz de la caricatura que le mandé me manifestó que era esta una faceta que no había podido cultivar pero que le gustaba mucho. Y me pidió consejo. A mi. Dato este que demuestra su sencillez, modestia y las ganas innatas de aprender hasta el ultimo momento. Sin duda ese constante afán de superación lo hizo tan grande. Descansa en paz, maestro y amigo.

Estimado maestro:
En el reciente salón de Barcelona tenia previsto verle en persona y visitar su exposición pero finalmente no pudo ser, de manera que para matar el gusanillo le escribo estas líneas. Algo que tenia en mente hacer desde hace mucho tiempo.
Tengo 48 años y crecí viendo sus trabajos en Joyas literarias, Trueno y Jabato color, etc. De manera que su arte forma ya parte de la memoria sentimental de varias generaciones, la mía incluida. Imagino que soy poco o nada original en lo que le estoy diciendo y ya se lo habrán dicho cientos de veces. Si acaso lo que es menos frecuente es que en mi caso somos compañeros de profesión. O casi. Mi especialidad no es la ilustración si no mas bien el dibujo de comics, pero bueno son terrenos colindantes. No quiero decir con esto que mi opinión sea mas autorizada que la de otros muchos que le hayan dicho mas o menos lo mismo, pero si creo que tengo algo mas de fundamento, al menos técnico, al decirle que siempre me maravilló su trabajo. Adivinaba en él, ya desde crio, a un gran profesional que resolvía con una destreza envidiable los encuadres, que sus composiciones transpiraban dinamismo, que manejaba con no menos maestría el color y sobre todo, lo que mas me llamaba la atención era la economía en el trazo, en la pincelada, esos contrastes duros tan arriesgados, en un estilo casi impresionista pero que encajaban y se armonizaban como solo los grandes maestros lo saben hacer.
Si a todo ello unimos que imagino que no tenia precisamente todo el tiempo del mundo en su elaboración y que había que evitar, al hacer tantas y tantas portadas, el repetirse lo cierto es que los resultados eran para quitarse el sombrero.
Si me permite le contaré una anécdota. Yo compraba el Trueno y Jabato color solo por sus portadas. El montaje que hicieron, como sabe, de las paginas interiores, con mutilaciones, añadidos y demás, no me interesaba lo mas mínimo, pero era imposible sustraerse a la magia de sus portadas que le daban  a la serie ese aire de modernidad que el simple coloreado del comic no conseguía. De igual modo había muchas Joyas literarias cuyo dibujante interior no me gustaba en absoluto, pero en cambio la portada... joder, actuaba como un imán.
En fin, no quiero entretenerle mucho ni abusar de su tiempo. Solo quería comunicarle mi admiración y si me lo permite mi cariño por su labor en este mundillo del tebeo. Ojalá algún día alguien me manifieste que sintió algo parecido por mi trabajo, pero me temo que eso solo esta al alcance de muy pocos.
Le adjunto algunos de mis trabajos y una caricatura suya. Espero me perdone la iniciativa pero es otra de mis facetas y al ver la foto del catalogo de su exposición no me resistí. Le envío el lápiz y una copia con un toque de color por ordenador.
Nada mas. Le reitero de nuevo mi admiración, maestro.
Un muy afectuoso saludo y hasta siempre.



Paco Nájera