Bueno, como quiera que la pareja de mi hija Macarena es finlandés y finalmente optaron
por ser ella la que se fuera allí y no al revés,(que hubiera sido lo lógico por aquello de las
tetas y las carretas) y dado que en su momento no pudimos acompañarla, a la primera
que tuvimos ocasión y casi sobre la marcha decidimos ir para allá, Maria Jose, Paquillo
la novia y yo. Pese a mis reservas con los aviones,(léase pánico) y tras 5 horas de vuelo
directo llegamos a Helsinki.
Lo primero que llama la atención es que pese a ser la capital del país y estar en pleno
centro apenas había trafico, poquísimos coches, muchas bicicletas y muchisima gente
a pie.Tampoco se observa la voragine de prisas de las grandes ciudades.El transporte
publico es muy utilizado, me dió la impresion de que es muy bueno y tienen a gala la
puntualidad.
El centro Helsinki es bonito aunque no es demasiado monumental y tiene algunas
bonitas catedrales.
Macarena vive en una zona de las afueras de Helsinki y que podríamos llamar mas bien
pobre. Abundan los inmigrantes, jóvenes que empiezan, gente mayor o de alguna forma
subsidiados por el estado. Son viviendas equiparables a lo que aquí es la protección
oficial. Dicho esto seguro os imaginais una ciudad o barrio dormitorio con mal aspecto,
mal equipado, mal comunicado, saturado, etc, etc. Pues bien, nada de eso. Con
nuestros parámetros casi podríamos hablar de urbanizaciones de cierto lujo, los
bloques de pisos lucen como nuevos, las zonas comunes estan muy bien equipadas y
cuidadas y las comunicaciones (metro y autobus)son excelentes y no demasiado caras
pese a los precios altisimos que hay por alli. El agua, la electricidad y la
calefacción son aun mas baratos y tienen un precio muy reducido, casi ridículo si lo
comparamos con el resto de los gastos normales. Las viviendas logicamente están muy
pensadas en cuestión de aislamiento para las bajas temperaturas (10 20 grados
bajo cero de media en lo mas crudo del invierno) que tienen casi la mitad del año.
Nada mas entrar en las casas hay que quitarse los zapatos y en cada bloque de
viviendas hay una sauna con horas asignadas a cada vecino.
La naturaleza esta omnipresente. Los arboles forman parte del paisaje, de hecho
Helsinki no es demasiado grande, poco mas de 500.000 habitantes pero es muy extensa
al no tener demasiada alturas los edificios y las zonas verdes son muchas y muy
extensas. Ahí estamos por ejemplo en las mesas y barbacoa comunitaria.
Parece un tópico pero allá que fuimos con un jamón, juego de cuchillos y jamonero
en la maleta y doy fe de que a los lugareños les gusta la dichosa pata, como la
llaman por aquellas latitudes.
Logicamente hicimos turismo, como la isla museo Seurassar que recoge el tipo de
viviendas tradicionales y otros equipamientos comunitarios. Las ardillas abundan y
son muy sociables, algo mas que los humanos finlandeses.
Islas fortaleza de Suomenlinna.
Hay que decir que también los finlandeses tienen su talón de Aquiles y es el alcohol.
Este es carisimo por los fuertes impuestos conque esta gravado y solo se vende en
establecimientos del estado con horarios además muy reducidos.
El alcoholismo es un problema sanitario grave allí. Solo la cerveza se puede comprar
en centros comerciales o tiendas normales y es mas cara según la graduación. Una
baratita, tipo nuestra caña de barril anda en torno a los 5 o 6 euros. Pues bien
Estonia es para ellos un centro de aprovisionamiento de alcohol y los barcos estonios
que hacen la linea regular son auténticos supermercados flotantes de alcohol que los
finlandes se traen de vuelta en grandes cantidades, amén del que se traen puesto.
Dicho esto fuimos a Estonia para ver la ciudad vieja medieval de Tallin. La verdad es
que es una delicia y no decepciona. Tan solo que Macarena fue hace años y nos auguró
precios baratisimos y hoy ya no son tales. Han espabilado muy rápido, todo esta
enfocado al turismo y los precios son incluso mas caros que en España.
Y bueno esto es someramente el viaje. La mayoría de los días hemos comido en arboledas
o parques, sobre la hierba. El verano es para ellos lo mejor y lo viven intensamente. En
muchas ocasiones los ves que parecen lagartos, sentados en bancos públicos o sobre la
hierba simplemente tomando el sol. En esta estación la noche es muy corta y aunque
cuando nosotros estuvimos ya se estaba alargando lo cierto es que a eso de las 4 de la
mañana ya lucia un sol esplendoroso. La contrapartida, que imagino será bastante mas
dura, es que en invierno la noches es muy larga y apenas tienen unas pocas horas de luz.
Curioseando el tema de los tebeos allí debo decir que en las grandes librerías puedes
encontrar mas o menos como aquí, superheroes, manga y europeo. De material español
vi a Juanjo Guarnido y a Paco Roca. Lo que me llamó poderosamente la atención es que
lo que estaba omnipresente en centros comerciales y quioscos eran tres tipos de tebeos:
Bélicos ingleses de la 2º guerra mundial, del Pato Donald y agarrense, del Tex italiano,
colección regular, en color, almanaques, especiales, etc, etc. Esto estaba en todos sitios.
Curioso cuanto menos.
Y eso es todo en el país de los lagos. Si gustan y no padecen mal de altura dense una
vuelta por allí, total solo son cinco horitas de pánico, perdón, quise decir de avión.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Por esos mundos de Dios: Finlandia
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1 comentarios:
Pues anda que no te quedan combos de 5 horas de pan... digo, avión. A ver si el próximo viaje es en invierno y hacemos culocolina.
Besos.
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